Llega el desfile a la Plaza España
El Mateìn de perfil
viernes, 21 de septiembre de 2012
SAN MATEO 2012
El Mateìn de perfil
sábado, 8 de septiembre de 2012
Mosaicos de Ivan Rupnik en la iglesia de S.Pedro (Gijòn)
Preciosos.Las fotos no les hacen justicia.
Rupnik ha sido bautizado por la crítica de arte internacional como el Miguel Ángel del Siglo XXI, gracias a los trabajos realizados en la decoración de la Capilla Redemptoris Mate, en el Palacio Apostólico del Vaticano, encargada por el Papa Juan Pablo II, y equiparable en su maestría a la propia Capilla Sixtina del artista renacentista.
"El padre Rupnik es un referente dentro de la iconografía religiosa actual", afirmó, a través de un comunicado recogido por Europa Press, Rubén de la Fuente, director-gerente del Centro Hospitalario. "Para nosotros fue un honor y un privilegio que aceptase nuestra invitación a decorar la capilla del nuevo Benito Menni, sobre todo si tenemos en cuenta que hasta el momento, sus trabajos en nuestro país sólo son apreciables en la Catedral de la Almudena de Madrid".
Licenciado en Filosofía y Bellas Artes, el Padre Rupnik (Eslovenia, 1954) es actualmente el director del Centro de Estudios e Investigaciones 'Ezio Aletti, de Roma.
Su obra, en la que utiliza principalmente la técnica del mosaico, aúna tradición y modernidad, combinando el arte iconográfico con la pintura occidental de los últimos siglos.
El Centro Hospitalario Benito Menni, perteneciente a la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, se encuentra actualmente inmerso en un proceso de reconstrucción integral, para adaptarse a las nuevas normativas y ofrecer nuevos servicios y prestaciones, convirtiéndose en el primer centro de rehabilitación integral de Castilla y León.
"El padre Rupnik es un referente dentro de la iconografía religiosa actual", afirmó, a través de un comunicado recogido por Europa Press, Rubén de la Fuente, director-gerente del Centro Hospitalario. "Para nosotros fue un honor y un privilegio que aceptase nuestra invitación a decorar la capilla del nuevo Benito Menni, sobre todo si tenemos en cuenta que hasta el momento, sus trabajos en nuestro país sólo son apreciables en la Catedral de la Almudena de Madrid".
Licenciado en Filosofía y Bellas Artes, el Padre Rupnik (Eslovenia, 1954) es actualmente el director del Centro de Estudios e Investigaciones 'Ezio Aletti, de Roma.
Su obra, en la que utiliza principalmente la técnica del mosaico, aúna tradición y modernidad, combinando el arte iconográfico con la pintura occidental de los últimos siglos.
El Centro Hospitalario Benito Menni, perteneciente a la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, se encuentra actualmente inmerso en un proceso de reconstrucción integral, para adaptarse a las nuevas normativas y ofrecer nuevos servicios y prestaciones, convirtiéndose en el primer centro de rehabilitación integral de Castilla y León.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Musica Sefardì ANA ALCAIDE
A su derecha,RAFA DEL TESO,mandola,guitarra.Especialista en percusiòn àrabe y de la India.
sábado, 1 de septiembre de 2012
CARLOS NUÑEZ (gaitero y flautista)
Ayer,la orquesta Filarmonìa y Carlos Nuñez acompañados por la banda de gaitas Ciudad de Oviedo,pusieron el broche final a los conciertos de verano.
Carlos Nuñez ha sido comparado en sus interpretaciones con John Coltrane o Jimi Hendrix y con Itzhak Perlman.
Animò el concierto con sus explicaciones y comentarios.Y nos hizo partìcipes de anècdotas: el concertino ruso de la orquesta està casado con una asturiana y el director,Marzio Conti,recibe clases de gaita.Su profesor,Guti,dijo que su alumno progresaba adecuadamente.
Guti y El Praviano,acompañaron a Carlos en una de sus interpretaciones.
Concierto atìpico que entusiasmò a un pùblico que llenò el Auditorio.
Comentario en LNE:
Carlos Nuñez ha sido comparado en sus interpretaciones con John Coltrane o Jimi Hendrix y con Itzhak Perlman.
Animò el concierto con sus explicaciones y comentarios.Y nos hizo partìcipes de anècdotas: el concertino ruso de la orquesta està casado con una asturiana y el director,Marzio Conti,recibe clases de gaita.Su profesor,Guti,dijo que su alumno progresaba adecuadamente.
Guti y El Praviano,acompañaron a Carlos en una de sus interpretaciones.
Concierto atìpico que entusiasmò a un pùblico que llenò el Auditorio.
Carlos Núñez pone en pie al Auditorio
El gallego, Oviedo Filarmonía y la Banda de Gaitas cerraron su concierto con un apoteósico «Asturias, patria querida»
Carlos Núñez, a la izquierda, tocando al lado de Marzio Conti durante la actuación. nacho orejas
Ignacio FAES
El concierto del gallego Carlos Núñez, máximo exponente de la música celta, con Oviedo Filarmonía y la Banda de Gaitas impregnó ayer de ambiente celta el Auditorio Príncipe Felipe. No se supo muy bien si Carlos Núñez acompañaba a Oviedo Filarmonía o si, por el contrario, era la orquesta sinfónica la que servía al gaitero. Lejos de las primeras impresiones, la gaita casa perfectamente con la agrupación ovetense y el recital acabó con propinas y público en pie.
Durante el recital, no hubo ningún rastro de las piezas clásicas de la orquesta sinfónica. El protagonismo de Núñez y su virtuosismo con los instrumentos de viento celtas dotaron a la actuación de un aspecto más informal y desenfadado de lo habitual.
Pese a que el concierto sonaba a música tradicional asturiana, Núñez se encargó de recordar que la música celta es un sonido vanguardista en muchos lugares. «El estilo está llegando a sitios inimaginables y se está convirtiendo en algo universal», señaló el músico antes de interpretar una obra compuesta para un proyecto japonés.
Al final de la primera parte salieron a escena los miembros de la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», un aperitivo de lo que vendría después. El público, que en la primera parte guardó un respetuoso silencio, se fue soltando.
Las piezas, muy breves y ágiles, dotaron al recital de un ritmo y un dinamismo muy potentes. Núñez hacía pequeñas reseñas entre canción y canción para situar al público en el contexto de la obra que iban a escuchar. El músico gallego explicó que la música celta es muy antigua y se distanció de la desviación, más moderna, del folk americano, «que está más orientada a cantautores contemporáneos como Bob Dylan», indicó el gaitero y flautista.
El final, inesperado al comienzo del recital, fue digno de una estrella de rock. Los músicos tuvieron que interpretar cinco bises ante la insistencia del público, que no se resignaba a abandonar el auditorio. Marzio Conti, director de Oviedo Filarmonía, tuvo mucho trabajo en los últimos compases del recital. Se vio en la tesitura de dirigir, a la vez, su orquesta, la banda de gaitas y las palmas del público, como si se tratase de la interpretación de la «Marcha Radetzky» en el clásico concierto de Año Nuevo en Viena; pero en esta ocasión, lo que el público cantaba era el himno de Asturias, con el que se cerró el recital.
Carlos Núñez deja buenas vibraciones en su paso por Asturias. Sin duda, la mejor forma para cerrar el festival de música de verano «Oviedo es música», que durante estos dos meses contó con dos actuaciones semanales.
El concierto del gallego Carlos Núñez, máximo exponente de la música celta, con Oviedo Filarmonía y la Banda de Gaitas impregnó ayer de ambiente celta el Auditorio Príncipe Felipe. No se supo muy bien si Carlos Núñez acompañaba a Oviedo Filarmonía o si, por el contrario, era la orquesta sinfónica la que servía al gaitero. Lejos de las primeras impresiones, la gaita casa perfectamente con la agrupación ovetense y el recital acabó con propinas y público en pie.
Durante el recital, no hubo ningún rastro de las piezas clásicas de la orquesta sinfónica. El protagonismo de Núñez y su virtuosismo con los instrumentos de viento celtas dotaron a la actuación de un aspecto más informal y desenfadado de lo habitual.
Pese a que el concierto sonaba a música tradicional asturiana, Núñez se encargó de recordar que la música celta es un sonido vanguardista en muchos lugares. «El estilo está llegando a sitios inimaginables y se está convirtiendo en algo universal», señaló el músico antes de interpretar una obra compuesta para un proyecto japonés.
Al final de la primera parte salieron a escena los miembros de la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», un aperitivo de lo que vendría después. El público, que en la primera parte guardó un respetuoso silencio, se fue soltando.
Las piezas, muy breves y ágiles, dotaron al recital de un ritmo y un dinamismo muy potentes. Núñez hacía pequeñas reseñas entre canción y canción para situar al público en el contexto de la obra que iban a escuchar. El músico gallego explicó que la música celta es muy antigua y se distanció de la desviación, más moderna, del folk americano, «que está más orientada a cantautores contemporáneos como Bob Dylan», indicó el gaitero y flautista.
El final, inesperado al comienzo del recital, fue digno de una estrella de rock. Los músicos tuvieron que interpretar cinco bises ante la insistencia del público, que no se resignaba a abandonar el auditorio. Marzio Conti, director de Oviedo Filarmonía, tuvo mucho trabajo en los últimos compases del recital. Se vio en la tesitura de dirigir, a la vez, su orquesta, la banda de gaitas y las palmas del público, como si se tratase de la interpretación de la «Marcha Radetzky» en el clásico concierto de Año Nuevo en Viena; pero en esta ocasión, lo que el público cantaba era el himno de Asturias, con el que se cerró el recital.
Carlos Núñez deja buenas vibraciones en su paso por Asturias. Sin duda, la mejor forma para cerrar el festival de música de verano «Oviedo es música», que durante estos dos meses contó con dos actuaciones semanales.
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