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Mi propósito es ir haciendo una pequeña agenda de mis recuerdos y mis vivencias.
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miércoles, 22 de mayo de 2013
martes, 14 de mayo de 2013
JULIO GAVITO
Muere Gavito, el consejero que llegó del crudo
Responsable de Industria entre 1984 y 1987, en plena reconversión, dirigió las primeras operaciones para la captación de multinacionales tras su experiencia petrolera en Chevron e Hispanoil-Repsol
14.05.2013 | 05:20
Oviedo, Javier CUARTAS Julio Gavito Omaña, que fue consejero de Industria y Comercio del Gobierno de Asturias entre 1984 y 1987 bajo la presidencia del socialista Pedro de Silva e ingeniero de Minas con una larga trayectoria profesional -fundamentalmente en el sector petrolero y durante dos años también en el de construcción naval-, falleció ayer, en Madrid, a los 65 años.
Gavito, nacido en Caborana (Aller) el 24 de octubre de 1947, afincado en Oviedo desde los 12 años, universitario en Madrid, vinculado desde la infancia por su rama paterna a Llanes -donde seguía veraneando y en cuya vida social estaba plenamente integrado como partícipe desde hace medio siglo del bando de San Roque- y profesional de la industria de la extracción petrolera y el refino en Kuwait, Irak, Irán, Dubai, Arabia Saudita, Boston (EE UU) y Bolivia, formaba parte de una nutrida y copiosa generación de ingenieros asturianos que, sobre todo a partir de la Guerra Civil, coparon numerosos puestos técnicos y directivos en la generalidad de las grandes compañías españolas de la energía.
Gavito era hijo de un ingeniero de minas culto y liberal, formado en la Residencia de Estudiantes en los años veinte, donde coincidió con García Lorca, Dalí y Buñuel, y que en Asturias proyectó el pozo Santiago y fue subdirector de la Sociedad Hullera Española, la compañía minera de los marqueses de Comillas. De su padre heredó no sólo el apellido: también el nombre de pila, el talante liberal y la dedicación ingenieril por la que en principio no había sentido especial predisposición.
Sus raíces, vivencias y ancestros asturianos moldearon su carácter de forma indeleble. Quizá no haya habido otro político en el último tercio de siglo de historia autonómica asturiana que se haya caracterizado con tanta nitidez y tan marcada personalidad en el ejercicio de la ironía, el rasgo que se ha catalogado como arquetipo del asturiano inteligente.
En realidad, Julio Gavito Omaña, casado y padre de dos hijos, nunca fue un político al uso. No lo fue en sentido literal (durante toda su vida no fue otra cosa que un profesional y un técnico, aunque durante tres años accediera a colaborar con el Gobierno asturiano) y tampoco lo fue en sentido metafórico porque, aunque se afilió al PSOE un año después de haber entrado en el Gobierno, mantuvo la misma actitud que había tenido siempre, como antifranquista que fue sin militancia partidista ni sujeción por ello a convencionalismos, disciplinas de aparato ni oportunismos electorales; todo lo cual le permitió actuar al frente del departamento de Industria con una actitud franca y, en ocasiones, más sincera de lo que las circunstancias aconsejaban.
Y sus circunstancias en el Gobierno del Principado no fueron nada cómodas. En realidad, asumió la cartera de Industria en las peores condiciones posibles, en un ejercicio (1984) en el que en Asturias todo parecía hundirse: fueron los años «de plomo» de la reconversión industrial, cuando la minería carbonera, la siderurgia, los astilleros, el textil, las fábricas de armas y hasta la producción láctea... amenazaban con el derrumbe y no se atisbaban sectores emergentes sustitutorios.
Su tarea fue paliar y acompasar un proceso de redimensionamiento estatal de sectores básicos, herederos en su mayor parte de la primera revolución industrial, y que el franquismo había legado a la democracia sobredimensionados y además sin una suficiente modernización tecnológica, todo lo cual había socavado su competitividad. Fueron también los años de identificación de nuevos sectores, del intento de captación de inversores -sobre todo multinacionales-, de atracción de nuevas tecnologías, y de intensas negociaciones con ATT, Corning Glass, General Electric, Cremascoli, Pratt & Whitney, Atlas Copco y otras. Se logró la llegada de Vesuvius (1986) pero los resultados más emblemáticos (Du Pont, Thyssen y otras) no se produjeron hasta el segundo Gobierno de De Silva, una vez que Gavito ya había retornado al mundo de la empresa.
Bachiller por el Instituto Alfonso II de Oviedo, Gavito fracasó en su primer curso en la Escuela Superior de Ingeniería de Minas de Oviedo, pero ya no tuvo problemas académicos en la Escuela Técnica Superior de Madrid, entre 1971 y 1975. A partir de ahí, tras una fracasada experiencia empresarial (fue socio en 1974, con Ramón Rañada y Arturo Gutiérrez de Terán, del restaurante de comida italiana Valentino, de Oviedo), arrancó una dilatada vida profesional en el sector del crudo como ingeniero en perforaciones petrolíferas, primero (desde 1976) al servicio de la estadounidense Chevron en Oriente Medio -un tiempo en el que profundizó en su afición lectora y literaria- y luego (1981-1984) en la española Hispanoil (posteriormente, Repsol).
Tras su paso por el Gobierno asturiano, Gavito regresó a Repsol, en la que fue director general de su filial Drillmar entre 1987 y 1989. Luego se incorporó al «holding» público de construcción naval Astilleros Españoles (AESA), en el que permaneció entre 1989 y1997 y del que fue director de marketing de Astano, director industrial de varias factorías y director del grupo (dueño entonces de Juliana Constructora Gijonesa). En esta época sufrió un accidente automovilístico en Mieres que lo mantuvo seis semanas inconsciente en un hospital.
Tras la convalecencia, regresó a Repsol, donde fue responsable de proyectos especiales, director de compras y diversos de Repsol Exploración desde 1999, representante de esta multinacional española en una sociedad de intermediación petrolera en Boston (Massachussetts, EE UU) y presidente de Andina, la filial boliviana de Repsol-YPF.
Fue allí donde el 15 de marzo de 2006 fue detenido por la Policía boliviana, junto a otro directivo de la compañía, el argentino Pedro Sánchez, como responsables de Andina, a la que el Gobierno izquierdista de Evo Morales, ya entonces enfrentado a las multinacionales, acusó de contrabando ilegal de crudo.
Tras once horas de detención en un calabozo y un largo proceso, la fiscalía del país exoneró a los dos directivos en octubre de 1987 de los delitos que se atribuían a la sociedad. En contra de su criterio, Repsol lo evacuó del país y, tras jubilarse, se quejó de que la compañía no hubiese puesto más empeño en acreditar y proclamar su inocencia incluso después de haberse sobreseído el caso. «No todo el mundo va a la cárcel por su empresa», dijo en agosto de 2011. En esta fecha acababa de operarse de dos tumores de riñón y de pulmón.
En 2006, nada más salir del calabozo y dos años antes de que estallara la inmensa «burbuja» inmobiliaria española causante del actual estropicio económico, Gavito identificó con perspicacia las deficiencias explosivas de la economía española: «España tiene un problema. Falta más imaginación por parte de los ciudadanos y también de sus gobiernos. Se debería invertir en iniciativas menos trilladas que el ladrillo y la hostelería. Aquí, en cuanto alguien tiene un poco de liquidez, lo invierte en comprar piso o en poner un bar. Y el Gobierno, en hacer carreteras y puentes».
En 2011 sintetizó su biografía con una apreciación que resume muy bien cuál fue siempre su actitud vital optimista: «Lo he pasado bastante bien. He tenido una vida variada y divertida».
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martes, 7 de mayo de 2013
MARIANTONIA SALOMÈ (Asturiana de Lena)
Estas fotos pertenecen al catàlogo publicado con motivo de una de sus exposiciones en la Caja de Ahorros de Asturias en 1986.
Carlo Levi dijo:"Ha sabido imprimir una impronta muy personal a sus creaciones".
Jean Cassou:"Se revela como gran creadora,con instinto,oficio y lenguaje"
Càndido:"Mariantonia Salomè,creadora de opacidades solares,de inquietantes claroscuros anteriores al alba el mundo y de tenebrosas soledades posteriores a la explosiòn atòmica"
Su casa museo,pròxima a Pola de Lena,estaba en venta.
Me gustarìa saber què pasò con sus cuadros.
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